Adoración de los Reyes |
La
adoración de los Reyes Magos, catacumbas de Priscila, S. III, Roma.
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La Adoración de los Magos se narra en el Evangelio canónico de Mateo:
Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. En esto, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
-¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a rendirle homenaje.
Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él Jerusalén entera; convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
-En Belén de Judea, así lo escribió el profeta:
Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las ciudades de Judá;
pues de saldrá un jefe
que será pastor de mi pueblo, Israel.
(Miq 5,1).
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran cuándo había aparecido la estrella; luego los mandó a Belén encargándoles:
-Averiguad exactamente qué hay de ese niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a rendirle homenaje.
Con este encargo del rey, se pusieron en camino; de pronto la estrella que había visto salir comenzó a guiarlos hasta pararse encima de donde estaba el niño. Ver la estrella les dio muchísima alegría.
Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
Avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Mt
2,1-12. (de Wikipedia)
El grupo de fiestas encantadoras, que se conoce con el nombre genérico de Pascua de Navidad, se cierra con la de Epifanía o Santos Reyes, que es una de las principales del año litúrgico. Se recuerda en ella, preferentemente la revelación o manifestación del Verbo humanado a las naciones paganas, cuya primera manifestación ante la cuna del recién nacido, Jesús, fueron los Santos Magos, allá conducidos por misteriosa estrella, símbolo de la fe.
Y fueron cargados con ricos presentes, y especialmente con oro, incienso y mirra. Ofreciéronle en efecto : oro como a REY, incienso como a DIOS, mirra como a hombre mortal.
El cristiano debe dejarse guiar por la estrella de la fe e ir en busca de Cristo al Sagrario, a los Sacramentos; e ir provisto de buenas obras, que son el complemento indispensable de su fe. No caer en el error protestante que dice que basta creer para salvarse; ni creer el error materialista que dice que basta obrar bien. (Hasta aquí texto del Misal Diario para América, por R.P. Andrés Azcárate O.S.B.)
Adoración de los Reyes de Sandro Boticelli
San Agustín (siglos cuarto y quinto) en
sus sermones de la Epifanía afirmó que los Reyes llegaron el día 13 después del
nacimiento del Señor. Es decir, el 6 de enero del calendario actual.
Reyes por tradición
San Mateo, el único que habla de los
magos en la Biblia, explica que fueron de “oriente”, una
zona que para los judíos eran los territorios de Arabia, Persia
o Caldea. Por otro lado, los orientales llamaban “magos” a los doctores.
“Mago” en lengua persa significaba
“sacerdote” y justamente los magos (“magoi” en griego) eran una casta de
sacerdotes persas o babilonios. Ellos no conocían la revelación divina como los
judíos, pero estudiaban las estrellas en su deseo de buscar a Dios.
La tradición les llamó “reyes” a los
magos en referencia al Salmo 72 (10 -11) que dice: “Los reyes de occidente y de
las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán
regalos. Ante él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las
naciones”.
El origen de sus nombres, fisonomías y
regalos
Los nombres de los magos no aparecen en
las Sagradas Escrituras, pero la tradición les ha dado ciertos nombres. En un manuscrito de París a fines del
siglo siete aparece que se llamaban Bitisarea, Melchor y Gataspa, pero en el
siglo nueve se empezó a propagar que eran Gaspar, Melchor y Baltazar.
Melchor es graficado generalmente como
un anciano blanco con barba en representación de la zona Europea y ofrece al
Niño el oro por la realeza de
Cristo. Gaspar representa a la zona asiática y porta el incienso por la divinidad de Jesús. Mientras que Baltazar es
negro por los provenientes de África y regala al Salvador la mirra, sustancia que se utilizaba para embalsamar cadáveres y
símbolo de la humanidad del Señor.
En la época que se les empezó a pintar
con estas características no se tenía conocimiento de América. Además, los tres
hacen referencia a las edades del ser humano: juventud (Gaspar), madurez
(Baltazar) y vejez (Melchor).
La estrella habría sido una conjunción
de planetas
Sobre la estrella de Belén que vieron
los Reyes Magos se han construido varias hipótesis. Antes se decía que fue un
cometa, pero estudios astronómicos indican que al parecer se debió a la
conjunción de los planetas Saturno y Júpiter en la constelación de Piscis.
En este sentido, los Reyes Magos
posiblemente deciden viajar en busca del Mesías porque, en la antigua
astrología, Júpiter era considerado como la estrella del Príncipe del mundo; la
constelación de Piscis, como el signo del final de los tiempos; y el planeta
Saturno en Oriente, como la estrella de Palestina.
En suma, se presume que los “sabios de
Oriente” entendieron que el Señor del final de los tiempos se aparecería ese
año en Palestina.
Es probable que los Reyes Magos
supieran algunas profecías mesiánicas de los judíos y por eso llegaron a
Jerusalén, al palacio de Herodes, preguntando por el rey de los judíos.
(de Wikipedia)
En algún país europeo nevando en estas fechas, niños ponen en el buzón sus pedidos a los Reyes. También en Argentina acostumbrábamos enviar nuestros pedidos; gran alboroto con la visita de los Magos. Armado el Pesebre para Navidad, en la noche del 5 al 6 de enero agregábamos además de nuestros zapatos, ¡bien lustrados!, pasto y un balde con agua para los camellos; difícil conciliar el sueño, queríamos sorprender a los Reyes y trepados a una silla, por la banderola de la puerta espiábamos, pero el sueño nos vencía y a la mañana temprano ya estábamos disfrutando de los regalos.
¡Qué recuerdos agradables de aquellos momentos vividos con la inocencia infantil!
Santa Teresita a los 3 años
¡Querida Santa Teresita, protege a los niños de las acechanzas del demonio!
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